Está vez Christopher Nolan tenía nada más y nada menos que un presupuesto de 150 millones de dólares y una personaje icónico al que reivindicar después de la última y catastrófica Batman & Robin de 1997.
El director desarrolló la trilogía de Batman, según sus propias palabras, del siguiente modo: Batman Inicia (Batman Begins) representa el miedo, Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knight) el Caos y Batman: El Caballero de la Noche Asciende (The Dark Knight Rises) el dolor.
Estrenada en 2005 Batman Inicia fue la primera de la que sería una de las más exitosas trilogías de super héroes. Con un tono solemne y obscuro, alejado de los tintes de comedia que marcaron las películas anteriores del caballero de la noche. En esta película se nos presanta los orígenes de Batman, algo que no se había tratado antes en la pantalla grande y que sin duda es un elemento importante para entender al personaje. Bruce Wayne (Christian Bale) debe hacer frente a los fantasmas de su pasado, superar el dolor de la pérdida para por fin encontrar la fuerza en su interior y usar sus propios miedos para luchar contra el crimen que prospera en una Ciudad Gótica decadente. Sus miedos pasan a convertirse en un símbolo de justicia que toma la forma de Batman. Tras descubrir que su antiguo mentor amenaza con destruir la ciudad, Bruce deberá decidir si tiene lo necesario para ayudar a proteger y sanar la ciudad. Batman Inicia es sin duda un reflejo de la época que estamos viviendo más a pesar de todo, también nos recuerda que una sola persona puede hacer la diferencia si se lo propone. El tema de los súper héroes simplemente es una excusa para retratar la naturaleza humana, sus fortalezas y sus debilidades. Lo cual precisamente es el propósito de su material de origen, los comics, así que después de todo el filme se mantiene fiel a la esencia del personaje.
El director tenía una visión muy clara de cómo quería que luciera así que Nolan invitó a todo el elenco y miembros de la producción a una función privada de Blade Runner (1982) antes de iniciar grabaciones. Al terminar la película el director les dijo: «Así es como vamos a hacer Batman». Más tarde en una entrevista para Forbes, comentaría al respecto:
«Nos encontramos teniendo que construir las calles de Gótica en su mayor parte. Así que inmediatamente giré mi atención hacia el tratamiento visual que Ridley Scott (Blade Runner) aplicó en términos de cómo se graban estos sets gigantescos para hacerlos sentir lugares reales y no como sets impresionantes. E inmediatamente comenzamos a observar la lluvia, las tomas con cámara en mano, el uso de lentes más largos… Crear una textura para un estilo de filmación en el que se maximice el impacto del set y minimice lo artificial -el sentimiento de que este mundo tiene fronteras que se verán en el marco del encuadre. Blade Runner es un ejemplo de cómo puedes tomar una cámara y ensuciarte las manos… y realmente envolver a la audiencia en la atmósfera del mundo que estas intentando crear.»
La película recibió varios premios y una nominación al Oscar por Mejor Fotografía.
Un año después en 2006 llegaría El Gran Truco (The Prestige), una adaptación de la novela homónima de Christopher Priest. Los candidatos para dirigir la película eran Sam Mendes (Sky Fall, Belleza Americana) quién por entonces ya era un director consolidado y Christopher Nolan. Por su puesto Priest quería que Mendes se hiciera cargo del filme, sin embargo la productora y esposa de Nolan, Emma Thomas, le pidió no decidir aún y le envió una copia de Following tras lo cual, Priest decidió darle una oportunidad a Nolan.
El Gran Truco es una historia ambientada en la época Victoriana de dos amigos que anhelan convertirse en famosos magos. Tanto Robert Angier (Hugh Jackman) como Alfred Borden (Christian Bale) trabajan asistiendo a un mago con cierto renombre, aprendiendo de él y de la competencia. Un buen día uno de los trucos sale mal causando la muerte de la asistente del mago Julian, quién también resulta ser la esposa de Angier. Angier culpa a Borden por el incidente dando comienzo a una rivalidad entre ambos, una rivalidad que sólo se equipara con su obsesión por superar al otro. Así comienza una carrera por encontrar el truco definitivo, aquél que los hará pasar a la historia.
A pesar de tratarse de una película de época la intención de Nolan es que la audiencia sientala trama mucho más contemporánea. Para este fin buscó actores que no estuvieran habitualmente asociados con películas del tipo; así mismo usó la luz natural con el mismo propósito: centrarse en iluminar a los actores aunque el resto del escenario quedara vagamente iluminado en algunas escenas. También vistió a sus protagonistas con colores y telas que contrastaran con el tono gris y menos llamativo de los personajes ambientales. La época entonces pasa a segundo término, lo que importa son sus personajes, sus motivaciones, lo que ocultan tras todos sus secretos y el alcance que puede tener la ambición humana. ¿Y por qué no? de paso el director también juega con nuestra mente alternando flash backs con escenas del presente.
Ahora bien, «¿Están poniendo atención? Todo truco de magia consiste en tres partes o actos. La primera parte se llama La Promesa. El mago nos muestra algo ordinario, un mazo de cartas, un pájaro o un hombre. Nos muestra un objeto. Quizás nos pida que los examinemos para que veamos si es real, inalterado y normal. Por supuesto, probablemente no lo es. El segundo acto se llama El Giro. El Mago toma el objeto común y lo convierte en algo extraordinario. Ahora bien, uno busca el secreto, pero no lo encontrará porque, claro está, en realidad no está mirando. Uno en realidad no quiere saber. Uno quiere ser engañado. Pero aún no aplaude, por que hacer que algo desaparezca no es suficiente. Uno debe aparecerlo nuevamente. Es por eso que todo truco de magia tiene un tercer acto. Es la parte más difícil. La parte que llamamos «Prestidigitación».
Con estas palabras comienza la película, estas no son sólo las bases de un truco de magia sino también las del filme y en cierta medida sobre el trabajo del director. «Para mí El Gran Truco se trata sobre hacer cine, sobre lo que yo hago» comentó Nolan y ciertamente podemos decir que esta es en una forma muy resumida el modo en que el director suele construir sus películas. De modo que no importa si está presentándonos una historia detectivesca, sobre una obsesión, sobre la ambición o sobre superhéroes, Nolan tiene el talento para ponernos en la piel del protagonista y desde su punto de vista subjetivo de las cosas contarnos quién es, de donde viene y a dónde va. Por ello identificarnos con sus protagonistas es sumamente fácil y seguir la historia otro tanto. Nos da algo sencillo y ordinario, lo convierte en extraordinario ante nuestros ojos y nos tiene enganchados hasta el giro final.
Por su puesto apenas estamos a la mitad del recorrido. En sus siguientes películas desde The Dark Knight pasando por Inception e Interestellar, Nolan seguiría perfeccionando su técnica y aprendiendo, hasta llegar a su última película la cual muchos consideran su mejor obra hasta ahora, Dunkirk. Pero de eso hablaremos en otra ocasión.
A pesar de las críticas, la fuerza le acompaña en taquilla