Hace 26 años Disney tomó el cuento de Jeanne Marie Leprince de Beaumont e hizo su propia adaptación animada, ahora en éste 2017 llega la versión live action de La Bella y la Bestia dirigida por Bill Condon (Dream Girls, La Saga Crepúsculo: Amanecer).
Bella (Emma Watson) es una joven que tiene deseos de salir de su pequeño pueblo, Villeneuve, explorar el mundo, tener aventuras y encontrar el amor. Ella siente que no encaja con los demás habitantes de su pueblo, que es extraña a ojos de los demás y que no comparte ningún interés con ellos. Incluso su pretendiente, Gastón (Luke Evans), que es el hombre más apuesto, fuerte y varonil de Villenueve, resulta que es engreído, orgulloso y un patán, por lo que tampoco atrae su atención. Cuando Muarice (Kevin Kline), el padre de Bella, sale del pueblo en un pequeño viaje, sufre un accidente en el camino y termina como prisionero en un castillo encantado gobernado por una horrible Bestia (Dan Stevens). Maurice es rescatado por su hija quién tomará su lugar como prisionera de la Bestia y con el tiempo, aprenderá que lo importante no es la apariencia sino lo que hay debajo de la superficie.
Tratándose de un clásico, Disney claramente invirtió mucho esfuerzo y dinero para que este live action fuera un digno homenaje de la versión animada, desde el cast, pasando por la producción, el diseño de los personajes, los efectos especiales, etc. ¿Pero lo logró?
Empecemos por decir que la elección del cast es excelente. Nuestra protagonista, Emma Watson (Noé, Saga Harry Potter) no sólo se limita a interpretarlo bien sino que lo hizo más real, lo enriqueció al aportar algunos detalles que descubrió tras estudiar cuidadosamente al personaje. Por ejemplo, el vestido es mucho más sencillo y libre de corset, algo que alguien como Bella definitivamente hubiese usado y que no por ello deja de verse glamoroso y elegante. Además Bella es también tan creativa como su padre, siempre intentando hacer la vida de los aldeanos más fácil mediante prácticos inventos, aunque sus ideas vanguardistas no son siempre muy bien recibidos. Tratándose de un musical, la actriz tuvo que cultivar su voz, y por suerte sí hace justicia con una voz dulce y armoniosa. Quizás uno de los problemas de Emma Watson, es que su carisma no equipara al de Luke Evans (Gastón) que parece brillar más en las escenas que comparten juntos. Luke Evans de hecho llena muy bien el personaje de Gastón, su forma de moverse, sus gestos, y aunque se porte despectivo, arrogante o cruel, logra agradar haciéndonos comprender fácilmente porque todas las chicas de Villenueve mueren por él y no sólo las chicas, sino también LeFou, su incansable admirador y fiel amigo. LeFou llama particularmente la atención al ser el primer personaje de Disney declarado homosexual, y aunque Gastón aparentemente sea totalmente ignorante de ello, da mucho más sentido a la relación entre ambos personajes. Incuso le da mayor peso a LeFou y lo humaniza, le da una razón de ser a su ciega devoción a Gastón… que en realidad tampoco es tan ciega.
Del lado opuesto en nuestra historia tenemos al príncipe quién castigado por su comportamiento altanero y por no ser capaz de mostrar compasión fue transformado en una Bestia. El personaje ha sido creado en CGI y dotado de gestos y expresiones gracias al Motion Caption. Tristemente aunque Dan Stevens (Downton Abbey, Legión) es muy buen actor y queda perfecto como él príncipe, el diseño de la Bestia deja que desear. Su rostro luce quizás demasiado humano e incluso tierno. No hay un momento en que luzca de verdad amenazante o aterradora, con excepción de un breve momento cerca del final. En ocasiones es demasiado evidente que esta echo por computadora lo que seguramente una de las causas que contribuye a que no alcance a transmitir la pasión entre Bella y la Bestia, o la intimidad propia de dos enamorados. Son pocas las escenas extras -que no vimos en la versión animada- en que conviven, los intentos de acercarnos más a los personajes, se sienten frías e incluso sobrantes, sin mucho sentido.
Es cierto que el trabajo echo en el diseño de los personajes transformados en objetos del castillo, es minucioso, rico y detallado, y que finalmente se rebela la razón de porque ellos también han sido presas del hechizo de la bruja, pero se hubieran agradecido menos escenas dónde se quejan de su estado o hablan del hechizo sin ahondar mucho en él. Precisamente el principal problema de la película es que la historia es floja, no logra sostenerse volviéndose aburrida a momentos para los más pequeños y dando la sensación de que se hubiera disfrutado más si hubiese durado menos. Se tomaron en cuenta algunos elementos del cuento original y los amantes más férreos de esta historia encontrarán respuestas a muchas incógnitas que nos deja la versión animada, pero con todo le falta trabajo a la trama. El humor absurdo que abunda en el filme no hará reír demasiado a los adultos y las actuaciones al estilo teatral, demasiado exageradas, restan seriedad y profundidad a ciertas escenas.
Entre las fortalezas de La Bella y la Bestia se encuentran los escenarios, que en su mayoría resultan mágicos, vibrantes, llenos de colores brillantes o por el contrario, encontramos colores fríos, dónde abundan las sombras y la sensación de abandono, sin dejar de ser bellos estéticamente, igual que si fueran sacados de una pintura. El vestuario, muy bien coordinado con el escenario y con el carácter de los personajes, recrea fielmente el estilo de la época. Aunque en algunos personajes luce demasiado colorido o demasiado exuberante aún para aquél tiempo. En contraste, algunos lugares como la biblioteca del castillo o el salón dónde bailan los protagonistas en sus trajes de gala, no destacan tanto como se esperaría.
Afortunadamente para la banda sonora contamos con el letrista Howard Ashman y el compositor Alan Menken responsables de las canciones de la versiona animada, y que aportan nuevas canciones para el filme. La música por tanto es hermosa, emotiva, brillante y aporta mucho calor a la historia.
En conclusión La Bella y la Bestia es una película en que se puso alma y corazón, uno puede percibir el trabajo y el cuidado que le pusieron. Lamentablemente al alargar la película la trama sufrió sintiéndose alargada y forzada a llenar espacios, esto hace que el gran elenco con el que cuenta, tampoco pueda lucirse demasiado. Y es que cuando se imita tan fielmente a la original, las comparaciones no se hacen esperar. Por suerte para Disney el factor nostalgia ayudará a que todos los que crecimos con la versión animada, nos sintamos predispuestos a disfrutarla a pesar de sus defectos. Esperemos que el mismo esfuerzo puesto en recrear las obras maestras de la Compañía del Ratón, como Cenicienta (Cinderella), Blancanieves y el Cazador (Snow White and the Huntsman) o Maléfica (Maleficent), se refleje también en entregarnos más historias nuevas y originales, que nos sorprendan, nos emocionen y nos inspiren.
A pesar de las críticas, la fuerza le acompaña en taquilla