Aladdín, Review
Justo cuando habíamos perdido la fe en los live actions, llega Aladdin.
- Review por Heidi Betancourt
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Siendo una película perteneciente al renacimiento de Disney (1989-1999) de Disney, Aladdín (Aladdin) resultaba un gran reto para la compañía del ratón, sobre todo por la dificultad que conllevaba adaptar al Genio a su versión a carne y hueso sin perder en el proceso el carisma y la magia que cataracterizan al personaje. ¿Está esta película a la altura de la original?
Una serie de aventuras inesperadas llevarán a Aladdín (Mena Massoud), carismático ladrón de oficio, a poseer una lámpara maravillosa que contiene un Genio (Will Smith) parlanchín, bromista y muy poderoso. Con su ayuda mágica buscará ganar el corazón de la princesa de Agrabah, Jasmín (Naomi Scott). Sin embargo no es el único que está detrás de la lámpara y los asombrosos poderes que guarda.
Antes que nada se debe agradecer el esfuerzo por parte de Disney y de Guy Ritchie por mantener la historia de Aladdín lo más fielmente posible a su versión animada, con númerosos guiños para los fans de corazón, pero que al mismo tiempo logra mantenernos tan entretenidos que poco importa que la mayoría conozca la trama al derecho y al revés. Esta versión de Aladdín tiene definitivamente toda la escencia del teatro musical junto con un toque moderno que revitaliza la historia y le da un nuevo giro fresco y original. Así pues la trama fluye con facilidad entre secuencias de acción, divertidas escenas con el genio y nuevos números musicales que le dan a los personajes, en especial a Jasmín, mayor profundidad. Y si bien se extraña la paleta de colores de la película original, este diseño cargado de colores brillantes y el renovado diseño de vestuario, le sienta muy bien a esta nueva versión.
Para aquellos que no estaban del todo convencidos de Mena Massoud como nuestro protagonista, pueden estar tranquilos, el actor tiene un encanto, una sencillez y un talento que gana el afecto del público con rapidez. Naomi Scott también hace un gran trabajo, nos entrega una Jasmín que no sólo es fuerte y grácil, sino que también nos deja descubrir que hay detrás de sus deseos, que es mucho más que la princesa que no quiere casarse. Además su química con Mena Massoud es electrizante y no nos cabe duda de que a pesar de sus aparentes diferencias, Jasmín y Aladdin son tal para cual.
Claro que el villano pudo estar un poco mejor trabajado, no se le presta la atención debida, pero tampoco cae en lo caricaturesco o en lo simplón, de hecho esta versión de Jafar es tanto o más intimidante que su homónimo y la forma en que los guionistas resolvieron su interacción con Iago, su loro (AlanTudky), es perfecta. Definitivamente un loro es de los animales que mejor se presta para una adaptación live action. La sombría presencia de Iago contrasta con la traviesa y desenfadada de Abú, cuya interacción con la Alfombra Mágica siempre es divertida de ver. Pero el que sin duda se lleva las palmas es Will Smith, nadie pudo representar al Genio mejor que él. La magia tras los efectos especiales del genio es, igual que en la versión animada, una mezcla entre lo extravagante, lo moderno y lo absurdo pero sin caer en lo ridículo. La película aterriza al Genio de tal forma que no pensamos en Will Smith haciendo de este personaje azul sino que realmente se mete bajo el papel del personaje y nos da una versión que mantiene la esencia del original, pero que se atreve a llevar las cosas un poco más lejos.
Lo sorprendente de Aladdín no es lo bien logrado de los efectos, ni si quiera lo bien que se ve Will Smith como Genio, sino como Guy Ritchie (Snatch: Cerdos y Diamantes) logra mantener todos estos elementos antes mencionados, el CGI, los colores brillantes, el teatro musical, la comedia, lo exótico de un lugar como Agrabah, el estilo antiguo pero moderno a la vez y al Genio, en una sola película sin caer en un sin sentido y en la saturación de cosas. Todos estos elementos son usados como meros recursos para contar una historia, no es como otras películas en las trama se recarga en los efectos especiales, el vestuario y el talento del cast para intentar impresionar a la audiencia y hacerle olvidar lo mediocre de un guion mal desarrollado.
En pocas palabras Aladdín es una película para disfrutar con toda la familia, los niños se divertirán y los adultos volverán a sentirse como niños, sin duda es uno de los live actions mejor logrados de los últimos años y posiblemente el mejor que Disney ha producido hasta ahora. No es un filme que se sienta redundante, sino al contrario incluso podemos decir que amplió nuestro conocimiento sobre esta clásica historia sin alterar su escencia, un balance difícil de lograr. Las coreografías de baile son alucinantes y las canciones contagiarán de su magia incluso al espectador menos fanático de los musicales. Esperemos que Disney nos entregue trabajos de la misma calidad en el futuro cercano… ¿alguien dijo El Rey León?.
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