En 2014 los bloques LEGO darían un paso hacia el mundo de la animación y nos recordarían lo verdaderamente increíble que puede ser el poder de imaginar y jugar. Construir autos de dos pisos hechos de sillones nunca había sido tan divertido. Tras su incursión en el mundo de los héroes con su exitosa Lego Batman: La Película y su posterior tropiezo con Lego Ninjago: La Película, ahora Warner Bros nos trae la segunda parte de su película original: La Gran Aventura LEGO 2 (The LEGO Movie 2: The Second Part 2)

Tras la invasión alienígena de cubos Duplo, la ciudad Bricksburg y sus habitantes han sufrido un cambio drástico, todos se han vuelto más rudos, más violentos y sanguinarios, todos excepto Emmet que sigue siendo tan inocente y dulce como siempre. Pero ahora deberá dejar el mundo que conoce atrás y salvar a sus amigos, Lucy, Batman, Unikitty, Benny y Metal Beard que han sido raptados por la reina alienígena «Soy-lo-que-quiera-ser». Una reina con planes muy sospechosos…

Una de las grandes virtudes de las dos primeras películas de este Universo de bloques Legos fue la animación, especialmente la habilidad para llenar la pantalla de numerosos detalles y brillantes colores sin abrumarnos. Incluso en Batman Lego: La Película se dieron el lujo de hacer numerosos cameos de DC sin arruinar la trama principal. Por el contrario, La Gran Aventura LEGO 2 parece perder el rumbo al intentar integrar el mundo de Duplo con el mundo Lego y el mundo real. La combinación de texturas y colores, junto con las grandes cantidades de melosidad y diamantina que se añaden a la mezcla resulta simplemente chocante.

El primer acto tiene un buen inicio, pero luego dedican mucho tiempo y esfuerzo para ser chistosos e insertar tantos cameos y guiños a la cultura pop como les esposible. Divagan en cosas sin importancia la mayor parte del filme y después, intentan explicar la trama y unir todos los cabos sueltos en unos cuantos minutos. Si hubiesen optado por una historia sencilla habría funcionado, pero dado que al final intentan recuperar el tiempo perdido y ser extremadametne ambiciosos, complican la trama a tal grado que contradicen gran parte de los argumentos que se expusieron a lo largo de la cinta. Nada termina de encajar, todo pierde sentido, incluso para los protagonistas.

Salvo Emmet, los demás personajes no parecen aportar nada a la trama salvo ser la excusa para que el héroe tenga un propósito. La Reina Soy-lo-que-quiera-ser (¿alguien dijo Barbie?) tiene una interesante introducción con un divertido número musical y se perfila como un personaje inteligente, carismático y con una habilidad de manipulación capaz de hacer frente al mismo Batman. Por desgracia todo lo que esta colorida reina logró, se cae en pedazos en el acto final, dejándola como un personaje absurdo, bobo y completamente incongruente. Y ¿quién es Rex Dangervest? Bueno, él mismo se los explicará en los dos minutos más forzados de todo el filme.

En cuanto a la música pasa sin pena ni gloria, exceptuando por cierta canción que, por la falta de claridad en el menaje de la trama, se desvirtúa hasta reducirse a una sombra deforme de aquella otra canción en que está inspirada. Es casi doloroso escucharla.

En pocas palabras La Gran Aventura LEGO 2 carece de estructura total, el mensaje se pierde entre tanta diamantina y los momentos sentimentales son arruinados por chistes random. El filme no termina de definirse, por momentos es muy infantil, casi a nivel preescolar y en la siguiente escena es demasiado adulta y complicada. Las piezas no acaban de caer por sí mismas, sino que terminan siendo forzadas a encajar en un modo extraño y poco orgánico.

Intentaron hacer una película conmovedora, familiar, con un giro de 180 grados para sorprendernos a todos… pero ninguna de estas cosas la lograron. La película se siente excesivamente larga pues se la pasan divagando, olvidándose de desarrollar la trama y sus personajes. La Gran Aventura LEGO 2 es simplemente todo-menos-lo-que-quería-ser.

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