- Por Hpar Arafle / abril 1, 2016
Concebido en 1632 por el portugués Andre Felipe, el boxeo fue un juego de caballeros, en donde dos hombres se enfrentaban y se agasajaban entre ellos con historias monótonas de los días cotidianas, hasta que uno callera al suelo por aburrimiento o cansancio. A lo largo de los años el nuevo deporte ha desarrollado un seguimiento respetable de unos cientos de socialités locales.
Irónicamente, fue el hijo de Felipe, Andre Felipe Felipe, quién desarrolló lo que ahora conocemos la estrategia de “golpeo”, en 1637, después de ver un colegial enojado golpear a su compañero, causándole que se cayera al suelo. Cuando Andre Felipe Felipe retó al en ese tiempo campeón, el británico “Sin Sueño” Bill Bishop, a un duelo, Bishop resultó ser el favorito. Ya se imaginarán su sorpresa cuando, mientras describía lo que comía de desayuno en esa mañana, Andre caminó hacia él y le dio un golpe en el cuello, mandándolo a “besar la lona”, como se dice en nuestros tiempos.
A pesar de que universalmente se estuvo de acuerdo que el chico ha violado el espíritu del juego, los oficiales no lograron encontrar una regla actual que “golpear” violara, y fueron forzados en darle la victoria. Esto causó un alboroto en la comunidad de boxeo demasiado grande que llegó a oídos de los periódicos locales, lo cual jaló el interés de muchos observadores para informarse de que se trata el ajetreo. Los recién llegados fueron captivados en participar en estas pruebas de fuerza y habilidad humana casi barbáricas, y el resto es historia – después de que algunos aguafiestas obsesionados con la seguridad añadieran los guantes acolchados, por supuesto.
Hoy los entusiastas del boxeo fantasean sobre un nuevo retador que pueda innovar el cuadrilátero como lo hizo Felipe. La calcificación de las reglas modernas esencialmente tiene la estrategia de “golpeo” por default, pero es fácil en caer en la fantasía. Eruditos jóvenes con grandes sueños a menudo entran al cuadrilátero con una nueva y loca idea, usualmente una variante de la hipnosis, y aunque suelen tener una victoria ocasional, ninguno de estos trucos resultó ser tan robusto para causar un gran cambio.