- Por Hpar Arafle / junio 8, 2018
Cuando recordamos nuestras experiencias con los videojuegos, es muy probable que recordaremos aquellos juegos que nos han traído buenas experiencias. Y no tiene nada de raro, ya que cuando un juego hace bien las cosas, será uno de las primeras cosas que vendrán a nuestra mente. Y por el otro lado, existen los juegos malos que simplemente no son recordados con facilidad, ya sea por pesimo diseño y/o jugabilidad, en donde estarán destinados a sentarse en el asiento trasero de nuestra mente, recordandolos simplemente como aquel juego que existió.
Y luego están los juegos muy, pero muy malos.
Son aquellos juegos que tienen la infamia de hacer mal muchas cosas que son el hazmerreir de los juegos, en donde nos preguntamos qué fue lo que sucedió realmente dentro de la cabeza de los desarrolladores, y burlandonos de como se jugaba el juego y las ideas que nos proporcionaba.
Existen una gran cantidad de juegos que entran en esta lista, entre ellos está el juego de peleas para el Snes Shaq Fu, lo cual a pesar de tener una animación fluida (gracias a que los desarrolladores trabajaron en juegos como Out of this World y Flashback), se jugaba de manera atroz que era casi injugable, y no olvidemos mencionar el concepto ridiculo de usar una estrella del Basquetbol en un torneo de artes marciales chinas.
En fin, ya a más de 20 años que salió dicho juego, todavía se recordamos y nos burlamos de dicho juego. Pero a veces, esta industria toma ciertos riesgos bastante inesperados. Para empezar, ¿quién pensaría en tomar de nuevo este concepto y sacarle una segunda parte? Pues Big Deez Productions decidió tomar dicha responsabilidad y traernos una secuela del infame juego.
Ahora, sé que muchos de ustedes se preguntarán si por lo menos hicieron un esfuerzo para ser mejor que el juego original, o si de plano lo desarrollaron igual de malo para mantenerse en la «dinastía», les puedo decir que si es mucho mejor al juego del Snes, pero ser un juego mejor al Shaq Fu original es un objetivo que cualquiera puede alcanzar con un poco de esfuerzo. La pregunta que deberiamos que hacernos es si este juego, Shaq Fu: A Legend Reborn, es un juego bueno que puede valerse por si mismo.
Les arruinaré la reseña: No, no es un buen juego.
Y estoy seguro que dicha conclusión que llegué no sorprenderá a nadie.
Pero si quieres saber más los detalles, pueden seguir leyendo para explicarles de que se trata el juego.
Mismo nombre, un juego diferente
Shaq Fu: A Legend Reborn es un juego que no solamente acepta la legacía que su nombre proviene, sino que también se burla de si mismo, lo cual forma desde el principio un tono muy distinto que su antepasado. Dicho cambio de tono también se refleja en su jugabilidad, ya que ahora es un Beat’em Up. Esto hace que el nuevo Shaq Fu sea, técnicamente hablando, un «reboot», volver a empezar desde cero, tomando prestado solamente el nombre para hacerse notar, así que olvidense de todo lo que saben del Shaq original, ya que esto es una nueva experiencia.
Una experiencia mediocre, a decir verdad. A pesar del cambio de un juego de peleas a beat’em up (lo cual creo que era para no complicarse con los detalles técnicos que se espera en un juego de peleas), Shaq Fu simplemente falló en mostrarnos algo bueno cuando tenemos control sobre el personaje. No es que sea injugable, de lo contrario Shaq se controla bastante bien, lo cual podemos dirigirlo hacia cualquiera dirección sin problema. Es cuando empezamos a golpear el problema: a pesar de que podemos movernos a cualquier dirección, solamente podemos golpear a los enemigos que están a la «izquierda» o a la «derecha», no los que están «arriba» o «abajo». Claro, este sistema de combate ha sido el default desde los juegos clásicos de los 90, y existen muchos juegos en 3D que usan este sistema, como Double Dragon Neon… pero la presentación del juego hace un pesimo trabajo en mostrarte y enseñarte este detalle que al principio me preguntaba porqué mis golpes no se dirigian a ciertos enemigos. Una vez que me dí cuenta sobre este detalle, ya tuve mejor control sobre la situación.
Los movimientos que tiene Shaq no están nada mal: tienes tus golpes normales y rápidos, el golpe fuerte, el salto, un tacleo que usa una barra azúl y el golpe especial que usa la barra amarilla. El chiste para avanzar es enfrentarte a los enemigos con tus ataques y evitar ser golpeado, lo cual para no hacer tu aventura fácil hay ciertos enemigos que tienen patrones distintos y hay algunos que son inmunes a ciertos ataques, por lo cual debes que averiguar cuales son y ser flexible en tu estrategia para poder vencer a todos sin problemas.
Pateando traseros de demonios
No hay mucho que decir con la historia: Un demonio quiere conquistar el mundo, usando a sus generales a que se hagan pasar de celebridades para hacer a los habitantes de la tierra más estúpidos y así tener una invasión fácil. Pero no contaba con la llegada de Shaq Fei Hung, un huerfano que fue criado en la tierra de los dragones y que gracias a su maestro Ye-ye tiene el conocimiento del arte de Kung Fu y que está preparado para patear traseros.
Como ven, el juego tiene un gran enfoque en la comedia, lo cual se muestra no solamente en los dialogos, sino en el diseño de los niveles, de los enemigos y hasta en su jugabilidad. Y a decir verdad, creo que este es el punto fuerte que tiene el juego. El juego hace muchas referencias a la cultura popular, especialmente la americana, y aunque hay algunos chistes que simplemente no tienen gracia (o simplemente se veían venir que no tiene gracia), hay otros que debo admitir me sacó una que otra risa.
El juego cuenta con seis niveles, cada uno con sus respectivos enemigos temáticos al lugar correspondiente, con su respectivo jefe al final. A pesar de que parece muy poco la cantidad de niveles, dichos niveles son bastante largos para mantenerte ocupado. Demasiado largos, a decir verdad… cada uno de los niveles tarda alrededor de 17-20 minutos en terminarlos. Esto no sería tan malo si es que el juego no se tornara demasiado repetitivo.
Y esto es lo que rápidamente noté del juego: en los primeros 10 minutos, ya descubrí todo lo que ofrecía el juego. Claro, hay uno que otro poder de transformación por aquí y por allá, pero no sentí que me hacía más fuerte ni nada por el estilo. Los niveles son muy lineales, sin algún secreto que descubrir más que cajas y jarrones por romper que suelta energía o puntos. Y llegaban momentos en que me preguntaba si ya estaba cerca del final, ya que parecía que los enemigos estaban saliendo y saliendo sin parar.
Y ahí esta la gran falla del juego: Un beat’em up, por naturaleza, cae en lo repetitivo de estar golpeando y golpeando a los malandros, así que para sobresalir, se tiene que trabajar en un sistema para no aburrir al jugador. Y este juego no ni se molestó en trabajar con esto. Simplemente estás lanzando golpes a diestra y siniestra, con muy poca estrategia entre los niveles largos y lineales con una horda de enemigos que parecen interminables para terminar luchando contra un jefe que parece más una prueba de paciencia.
Pero por lo menos el humor puede mantenerte despierto.
Ultimas palabras
Shaq Fu: A Legend Reborn es un juego.
Cumple con los requisitos minimos para que pueda ser catalogado como un juego.
Y no es un buen juego. Es un mal juego.
¿Porqué es un mal juego? Yo diría que se satisfizo con la mediocridad.
Y pensandolo bien, me pongo a pensar el porqué de la existencia de este juego. Claro, logró cumplir su meta en indiegogo, pero teniendo el nombre de un juego infame no es excusa de no hacer las cosas bien. Si, puedo entender que tal vez los desarrolladores querían hacerse pasar como payasos… pero por lo menos los payasos saben como trabajar y ser profesionales para divertir a la gente.