- Por Hpar Arafle / enero 31, 2016
«¿Qué es lo que hace los juegos de aventura buenos juegos?» Personalmente, es una pregunta que me cuesta trabajo contestar, principalmente porque nunca fui un fan de este tipo de juegos en su auge. He tenido la oportunidad de jugar varios de ellos cuando era un niño que apenas sabía leer el inglés, y jugar otros más adelante cuanto mis conocimientos de informática me ayudaban en montar estos juegos y disfrutarlos como se debe. Puedo decir que he probado muchos juegos de este género: King’s Quest, Space Quest, The Secret of Monkey Island, Escape from Monkey Island, Grim Fandango, Myst, Colossal Cave Adventure, Sam and Max de Telltale y tal vez unos cuantos mas que olvidé su nombre. Uno diría que se me escaparon varios juegos buenos en mi lista, y es por una razón: no me tomaba el tiempo para buscar estos juegos y jugarlos.
A pesar de que desconosco cual es la razón de que ciertas personas ven en estos tipos de juego, decir que los juegos de aventura son malos sería decir una gran mentira; a pesar de tropezarme, quedarme atorado y frustrarme varias veces en los acertijos obtusos que me proporcionan, disfruto de esos momentos «Eureka» en donde todas las piezas se acomodan, y la manera en que se desarrolla la historia gracias a estos acontecimientos.
Ahora, en estos tiempos, este tipo de juegos lleva muchos años en desuso, aunque se ha intentado revivirlo, comenzando con el juego Broken Age, el Remaster de Grim Fandango y con la secuela espiritual de Neverhood llamado Armigrok. Aunque no les he prestado tanto atención a estos juegos, ya que de los juegos mencionados solamente jugué Armigrok, puedo ver que todavía hay demanda para los juegos de aventura, y sé que llegarán más.
Llega entonces The Witness, juego creado por Jonathan Blow, creador de Braid, donde el jugador está en una isla, y para tener acceso a los distintos lugares tienes que resolver varios acertijos. Dicha descripción es muy parecido a otro juego de aventura, Myst, en donde estás tu solo explorando el lugar, leyendo libros, presionando botones y jalando palancas para ver que es lo que hace. Pero viendo que este es el mismo creador de Braid, lo cual me encantó por sus acertijos creativos, decidí darle la oportunidad a The Witness.
Explorando la isla
Aquí, no te preocupes en la complejidad de transportación de tu personaje, ya que simplemente está limitado a moverse y observar su entorno, junto con dos botones lo cual uno es para correr y el otro es para accionar objetos, casi siempre serán los acertijos que encontrarás por todo el lugar.
Aunque los puntos fuertes de este juego son los acertijos, hay que hacer notar sobre los detalles de la isla. Lo primero que vas a notar es que tiene unos colores muy llamativos, de tal manera que muchas veces aparecerá algo que atraerá tu atención, y si eres como yo, tendrás curiosidad sobre que cosas más tendrá este lugar tan misterioso.
Y el ambiente está muy variado: tenemos bosques, desiertos, pantanos, castillos, montañas, y cada uno de ellos tiene su tema que realza fuertemente con sus colores vibrantes, añadiéndole también que sus acertijos son particulares dependiendo del lugar. La verdad, el aspecto visual fue algo que se enfocaron bastante en este juego, y dio sus frutos.
Pero a pesar de que es un lugar muy agradable para la vista, la única razón para explorar este lugar es para encontrar más acertijos, los cuales abren otro camino si los resuelves, y para encontrar las grabaciones que están escondidas por el lugar, los cuales te cuentan la historia de la isla. Esto, sin embargo, hace que la isla se sienta sin vida, ya que solamente estás tú y las voces de otras personas que escuchas en estas grabaciones, y sin algún peligro que pueda dañarte, no se siente suspenso ni algún otro sentimiento para estar alerto a tus alrededores. Simplemente estará esa curiosidad de donde estará el siguiente acertijo para que puedas seguir avanzando.
Y ya que estamos hablando de movimiento, aunque es muy sencillo ir de un lado a otro, rápidamente te darás cuenta que esto es un limite más a tu movilidad, ya que tu personaje no puede saltar, ni escalar. Ahora, puedo entender que este no es un juego de acción, y que el «parkour» no es un elemento importante en The Witness… pero hay varios lugares en donde fácilmente el personaje puede caerse, brincar o deslizarse fácilmente para seguir avanzando, pero el juego no lo permite, poniendote una «pared invisible» para que no avances hacia dicho lugar hasta que lo hagas de la manera convencional.
Y es aquí donde encuentro un problema: a pesar de que estoy moviendo un personaje, se siente limitado por las casi nulas opciones que se tiene, y aunque el mundo es demasiado grande y con distintos lugares que visitar, estos obstaculos invisibles que te toparás varias veces chocan con la idea de explorar la isla. Encima de eso, como los acertijos no siempre andan juntos, significa que vas a tener que recorrer un tramo para llegar, lo cual después de un momento puede llegar a aburrirte, especialmente cuando dejas un problema para después. Entiendo que si quieres ver más lugares a fondo, debes que resolver los acertijos presentados, pero agregar estas paredes invisibles es un diseño muy flojo que se ha criticado en muchos juegos.
Resolviendo los acertijos
Como mencioné, la razón principal para explorar la isla es para encontrar estos acertijos y resolverlos, lo cual te abrirán más caminos y estarás más cerca hacia tu meta. ¿Qué tipo de acertijos encontrarás en esta isla? Pues solamente hay de un tipo: estarás resolviendo laberintos, en donde moveras el cursor desde la entrada y debes que guiarlo hasta la salida.
Así es, todos los acertijos son del mismo tipo. Y los primeros que te toparás son tan sencillos que los terminarás en unos pocos trazos.
Sin embargo, a pesar de que a pesar de estar resolviendo laberintos una y otra vez, sorprendentemente Jonathan Blow logra darle muchísima variedad con estos juegos sencillos. Aunque los primeros laberintos son sencillos como conectar el punto A al punto B, más adelante te toparás con otros que en donde tienes que recolectar todos los puntos antes de salir, otros que tienes que separar los cuadros blancos con los negros, otros con varias entradas y varias salidas, otros que mueves dos «cursores» a la vez, varios que necesitas usar el ambiente para encontrar la respuesta… y muchas variantes mas.
Como mencioné, la isla cuenta con varios lugares a visitar, y cada lugar tiene sus acertijos propios. Claro que no tienes acceso a todos ellos en un principio, pero los primeros son sencillos, cuya función sirve para explicarte el truco principal de los laberintos que encontrarás. Ya resuelto el laberinto, este te llevará hacia el siguiente con una línea para indicarte en donde se encuentra con el propósito de que no te pierdas en el camino. Y así sigues hasta que hayas completado todos los problemas del lugar.
¿Y que tal si por alguna razón no puedes resolver un acertijo? No te preocupes, ya que lo puedes dejar para después, resolviendo los otros acertijos disponibles, y cuando ya tengas despejada la mente, puedes regresar para intentarlo de nuevo.
El Testigo
Y a decir verdad, no hay mucho más de que platicar sobre este juego, a excepción de arruinar ciertos acertijos, lo cual no es el propósito de esta reseña. The Witness es un juego en donde parece que se simplifica muchos aspectos de este género hasta que esté en las bases básicas que encontraras en los juegos de este tipo: moverte de un lugar a otro resolviendo acertijos.
Pero esta decisión es algo que detrimenta demasiado este juego. El jugador no tiene opciones para maniobrarse, las grabaciones a final de cuentas son muy cripticas, sin darte muchas explicaciones sobre donde estás o porqué estas ahí, la isla no te da razones para explorar y los acertijos, los cuales son buenos, se sienten fuera de lugar, y mas temprano que tarde los sentirás repetitivo.
Todos estos factores hacen este juego en un juego mediocre: una hora se necesita para ver que esa gran isla, tan tranquila y colorida, es simplemente un lugar sin vida, siendo los paneles con laberintos el único recreativo que encontrarás aquí. Y si eso llega a enfadarte, explorar la isla no te servirá de mucho, ya que encontrarás más de lo mismo.
En mi experiencia en los juegos de aventura, tal vez no puedes hacer acciones que se pueden considerarse barbáricas como lo hacen de manera sencilla en otros juegos, pero las hazañas que haces pueden ser incluso más sorprendentes: En Grim Fandango me he escapado de unos asesinos partiendo un barco por la mitad, en Monkey Island puedo vencer a fantasmas con Root Beer. En Colossal Cave Adventure puedo matar un dragón con mis propios puños y en Sam & Max vencí un hipnotista usando la lógica de los Looney Tunes. En Myst puedo leer libros para conocer la historia de la isla, lugares de interes y acciones que tal vez me puedan servir para cumplir con mi objetivo. ¿En The Witness? Resolver laberintos que están en los paneles que están ubicados en distintos lugares de la isla por alguna razón, sin saber porqué lo estoy haciendo.
Al principio del artículo mencioné que no se qué es lo que hacen los juegos de aventura buenos juegos. Pero puedo decir que The Witness no es uno de ellos.